Txabalada!!!
Cómo estáis??? Meses ya sin
comunicación... cosas de la vida, de la pereza y de la falta de
voluntad a la hora de escribir... Cómo empezar un mensaje después
de tanto tiempo? Probablemente, por el principio... Nací un
caluroso 8 de mayo de 198.... ji!
No os preocupéis, no os preocupéis,
acortamos rápidamente... A ver, a la faena... Tras unas largas, y
como siempre, merecidas vacaciones, marcadas de reencuentros y buena
gente, por algunas ciudades de la vieja Europa que incluyeron Bilbo
(uep!), Londres, Berlín y Madrid... Volvimos a México, Laura y yo..
a Oaxaca, a nuestra casita larala larita...
Mi último tiempo allí lo calificaría
como... contrarreloj? Sin más? Puro trámite de despedida con mi
cabeza en otro lado? En todo caso, con sus momentos, buenos y no tan
buenos, tristes y alegres, con la montaña rusa de las emociones y
las ausencias que siempre perduran...
Mi trabajo en Ojo de Agua, cualquiera
que haya sido, fue disipándose poco a poco y en su lugar recurrimos
al comodín del público. Cuál? El bar. De camarera en un bar
restaurante... A veces buenos e irrisorios momentos y otros
soportando a borrachos a los cuales me he dado cuenta de que no tengo
ninguna gana de soportar...
Cierto viernes que me tocaba trabajar,
hubo una repentina y sorpresiva visita... Más de 20 policías,
algunos con máscaras y metralletas... una doble redada de migración
y estupefacientes... Yo con el delantal de Corona puesto y el abridor
enganchado al bolsillo. Me pregunta un policía:
- No, - contesto con convicción, rápida y tajantemente.
A continuación no recuerdo la
conversación exacta, pero fue algo así como un -''¡Venga ya! No te
crees ni tú que no trabajas aquí''. Y esta parte ya textualemente:
''Estabas a la hora equivocada en el momento equivocado. Sabemos que
las cosas están muy mal en tu país pero no puedes venir aquí a
trabajar (...)''.
Así que me llevaron detenida a pasar
la noche en el calabazo. Por suerte, sin grandes historias. Ni
esposas, ni vejaciones. Noche allí, desayuno, visitas, testificar,
asegurar que ''yo no estaba trabajando, sólo ayudaba y no recibía
retribución económica alguna''... Chequeo médico para corroborar
que salía en el mismo estado intacto en el que había entrado...
y... libre otra vez!!!
Ya sin ganas de volver a trabajar en
ningún bar, las últimas semanas sirvieron para vacacionear y
despedirnos, por el momento, con una gran fiesta... Graciosa,
emotiva, divertida y muy étilika... Bye bye Oaxaca!
Y con el ''see you Mexico'', llegamos a
Canadá... Welcome! Una amiga de Laura de El Salvador, vive en un
pueblito a 150 km de Vancouver. Nos vinieron a recoger al aeropuerto,
nos trataron como reinonas y unos días más tarde empezamos con
nuestra aventura...
Como parece que no he escarmentado lo
suficiente de mi encuentro con la policía de migración mexicana,
aquí hemos buscado y encontrado un trabajo en una granja. Vivimos en
Cawsotn, un pueblito granjero en el Valle de Ockanagan en British
Columbia. Somos thinneadoras, toma ya! Es decir, limpiar los árboles
de manzanitas, tanto pequeñas como numerosas, podridas o deformes...
Buscamos y queremos manzanas superiores, manzanas arias, manzanas de
verdad!
Sí, señor!
Y nuestra vida rutinaria en algún
lugar remoto del globo, incluye trabajar de 5 de la mañana a 13
horas, pasear por el río, leer, jugar parchís o tute, ver pelis y
series, comer, pokito que fumar, arco iris dobles, montañas
preciosas, paisajes increíbles, supermercados caros, españoles
everywhere, quebecuas partout, y pasan las horas, la vida, nuestros
deditos doloridos y nuestros bolsillos cada día un poco más llenos,
yupi!!!
Porque, ¿qué os voy a decir? ¿Que el
trabajo en el mundo del thinning es para disfrutar de la naturaleza,
estar en contacto con los ciclos vitales de las frutas, conocer
gente, bla bla bla...??? Jamás.
Lo que queremos es conocer una parte
del segundo país más grande del mundo, disfrutar de la experiencia
y, por supuesto... poderoso caballero es don dinero, glin glin....
mis pupilas en forma de dólar... y mis dedos en forma de chufa...
Dolor, mucho dolor!!!!!
Ya han pasado tres semanas
acostumbrándonos a nuestras nuevas rutinas canadienses. Felices, con
muchas ganas de nuevas y necesarias aventuras, con anécdotas varias
con las que taladrar a quien quiera escucharlas, y siempre con mil
ganas de contaroslas en vivo y en directo... snif!
A grandísimas pinceladas, hasta ahí
puedo llegar.
Muchos besos y amor. A seguir siendo buenos e importantes....
La tía Miri